divendres, de gener 30

Per un cinema imaginatiu



Molt interessant l'article d'en Salvador Llopart a La Vanguardia, al voltant del cinema que sorgirà arran de la crisi:

La bolsa, la construcción o incluso el mercado del arte han sucumbido ante la crisis. ¿Pasará lo mismo con el cine? El festival de Sundance acaba de cerrar su edición número 25 con muy pocas ventas. Los grandes estudios de Hollywood prefieren esperar al supuesto éxito del cine en tres dimensiones, esa entelequia. ¿Pasará lo mismo en Berlín? El resultado del mercado de la Berlinale, un acontecimiento que tiene lugar apartado del los fastos del festival propiamente dicho, casi en sus catacumbas, será la clave para ver el comportamiento de la producción y la exhibición cinematográfica de estos tiempos convulsos.

Sin embargo no todo son malas noticias para el cine del futuro. Hay pequeñas compañías de inversión, como iDeal, de Nueva York, que consideran que el cine es una buena inversión, incluso en tiempos de crisis. O precisamente por ello. Por la crisis. Esta pequeña compañía anunciaba recientemente en The New York Times su fe en el cine como refugio para sus inversiones, con películas como Motherhood (Maternidad), protagonizada por Uma Thurman, y Arlen Faber,otra comedia romántica como la anterior, con Jeff Daniels como protagonista.

Producciones de presupuestos ajustados, sin apenas ambiciones artísticas. Realizadas por menos de doce millones de dólares. Casi nada comparado con los costes de los grandes estudios. Hay que tener en cuenta que una producción independiente media dobla ese presupuesto según la MPAA, la asociación de productoras de EE. UU.

¿Qué definirá a las películas de la crisis? Serán películas pensadas para el gran público: ese público que quiere olvidar sus problemas frente a la gran pantalla, como aseguraba Dieter Kosslick en la presentación de la Berlinale. Está por dirimir todavía si será un cine caro, a lo Hollywood. O barato, como propone iDeal, con un plan de producción de ocho películas, todas de bajo presupuesto. "Cuando un proyecto se toma demasiado en serio deja de ser una buena inversión para convertirse en arte", asegura uno de los portavoces de iDeal. La eterna ecuación del cine, pues, esa incógnita que se mueve entre el arte y el negocio, se decanta para unos por el lado del comercio. Otros, en cambio, apuestan por el arte.

Un arte barato, por supuesto. De cámara digital en mano. Un ejemplo del cine de tiempos de crisis lo ofrece, por ejemplo, el movimiento Mumblecore,originario de Nueva York, que está consiguiendo carta de naturaleza con películas como Baghead,de los hermanos Duplass, o Hannah takes the stairs, ambas protagonizadas por Greta Gervig. Gervig es la auténtica musa del movimiento, heraldo de un cine de coste ridículo cada vez con más público.

Un cine de jóvenes hecho por jóvenes, en el que Hannah takes the stairs,dirigida por el veinteañero Joe Swanberg, se ha convertido en la película de referencia del movimiento. Películas que invocan al espíritu de John Cassavetes, el padre - y la madre-del cine independiente yanqui. Pero que, por temática y estilo, con personajes que hablan y hablan mientras ven crecer la hierba, miran más bien hacía directores europeos como Eric Rohmer.




1 comentari :

Anònim ha dit...

SEGUR QUE HAN TRAURAN BENEFICIS.
ALLA I FINS I TOT A GRAN PART D' EUROPA,EL BON CINE TE TAQUILLA,NO SON "RAPILLAIRES" CON AQUI,SEMPRE ANAN DE "LLESTOS".
JUGANT AMB BCN.