dimecres, de maig 15

Mitologia de les teixidores

De tant en tant col·laboro amb articles a Portal de Labores.. Us deixo el més recent que hi he publicat, sobre els mites antics que tenen a teixidores com a protagonistes. Al final del post us deixo una llista d'altres articles que he fet pel mateix portal.

Mitología de las tejedoras

Tejer está de moda. Hoy en día, es difícil no conocer a alguien que se haya animado a tricotar un jersey para su novio, o que haya tejido un puf de trapillo para su casa o que haya forrado una farola de su calle con cuadritos de ganchillo. Hay que reconocerlo: el ganchillo y el tricot son tendencia. Los movimientos de urban knitting, las guerrillas del ganchillo, las quedadas laneras, las nuevas tiendas de lanas y talleres y las diseñadoras que exponen y venden por Internet han contribuido de forma decisiva a modernizar una práctica que hace unos pocos años se veía como una cosa de abuelas y parecía destinada al olvido. Hoy, tejer y crochetar es “lo más”.
Ariadna y Teseo, de Niccolò Bambini
Pero más allá de ser tendencia, la recuperación de técnicas y la puesta al día de las labores es importante porque asegura la continuidad de una larga tradición que viene de mucho más atrás que nuestras abuelas, y se remonta a los orígenes de nuestra propia civilización. ¿Os suena la historia de Ariadna y el laberinto del Minotauro? ¿Y la de Penélope, la sacrificada esposa del heroico Ulises? ¿O la de Aracné, que osó enfrentarse a la mismísima Atenea? Pues todas ellas tienen algo en común: tejían. Y protagonizan algunos de los mitos más maravillosos que nos legó el mundo antiguo.

Si habéis leído la Odisea conoceréis bien la historia de Penélope. La esposa de Ulises, el rey de Ítaca, espera pacientemente durante veinte años a que su marido regrese de la Guerra de Troya. Absolutamente fiel a Ulises, y para evitar el incordio de multitud pretendientes, Penélope idea una plan. Asegura que aceptará casarse de nuevo cuando termine de tejer un sudario para cuando muera el nuevo rey. Penélope teje pacientemente durante el día, para deshacer lo tejido durante la noche y así ganar el tiempo necesario hasta que Ulises regrese.

Otro famoso ardid de tejedora es, desde luego, el que urdió Ariadna para ayudar a Teseo a salir del mortal laberinto del Minotauro. La hija de los reyes de Creta, enamorada de Teseo a primera vista, le regaló una espada mágica y el ovillo de lana que estaba hilando, para que con el pudiera marcar el camino de salida del laberinto tras matar al monstruo de cuerpo humano y cabeza de toro que habitaba en él.

Las hilanderas, de Velázquez
La mitología nos explica también quien inventó el uso del hilo y las redes. Según cuentan Plinio y Ovidio en sus metamorfosis, se puede considerar a Aracne como la primera tejedora. El mito nos cuenta que Aracne, hija de un tintorero, era famosa por su gran habilidad para el tejido y el bordado. Tanto se lo creyó que se atrevió a afirmar que sus habilidades eren mejores que las de Atenea, diosa de la guerra, la sabiduría y la artesanía. Molesta, Atenea la retó a tejer una escena. La diosa representó su victoria sobre Poseidón, gracias a la que los atenienses pusieron el nombre de Atenas a su ciudad. Aracne, a su turno, represento diversos episodios de infidelidades de los dioses disfrazados de animales. Atenea no pudo más que admitir la perfección del tejido de Aracne pero, molesta por su desafío, la convirtió en una araña. Según este mito, la historia sugiere que el arte de tejer, desarrollado en Asia Menor, se inspiró en la labor de las arañas. El mito de Aracné aparece representado en uno de los cuadros más famosos de Velázquez, titulado precisamente, ‘Las hilanderas’.

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