Me gusta el dicho: "El mundo es como tú". Y creo que las películas son como tú eres. Por eso, aunque los fotogramas de una película sean siempre los mismos -el mismo número, en la misma secuencia, con los mismos sonidos- cada proyección es distinta. A veces la diferencia es sutil, pero ahí está. Depende del público. Se crea un círculo que va del público a la película y vuelta atrás. Cada espectador mira, piensa, siente y llega a sus propias conclusiones. Que probablemente son distintas de las razones que me enamoraron a mí.
David Lynch, Atrapa el pez dorado
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