divendres, de novembre 26


L'art amb ulls de dona



Per fi una exposició interessant que es fa a Barcelona i no a Madrid. De La Vanguardia d'avui:

La huella de la mujer en el arte

“La mujer procreadora es el origen de la creación en general", dijo Miró. Y, ciertamente, lo fue para su propia creación, donde motivos como la fertilidad, la maternidad, el amor o el erotismo son tratados con esas formas y signos que caracterizan su vocabulario. "Si nos fijamos en su obra nos damos cuenta de que sin el tema relacionado con la mujer, difícilmente la entenderíamos. Eso nos hizo reflexionar sobre la importancia del mismo en el desarrollo de la modernidad, y plantearnos esta exposición", dijo ayer Rosa Maria Malet, directora de la Fundació Miró al presentar La dona, metamorfosi de la modernitat. "No trata sobre el feminismo, aclaró, sino de ver las posibilidades del tema de la mujer en el XX, y la llegada femenina al mundo artístico".

Comisariada por Gladys Fabre y patrocinada por el BBVA, la muestra reúne más de 120 obras -pinturas, esculturas, dibujos, fotografías, vídeos y cine- realizadas por cerca de cincuenta artistas -hombres y mujeres, entre ellos Duchamp, Picasso, Léger, Imogen Cuningham, Claue Cahun, Miró, Alberto Giacometti, Le Corbusier, Laurens, Lam, Matisse, Moore, Louise Bourgeois, Tarsila do Amaral, Masson, Yves Klein, Niki de Saint Phalle y Yoko Ono-, fechadas entre los años veinte y los setenta del siglo pasado. El recorrido trata de responder a por qué, en qué y cómo la representación de la mujer ha sido un elemento clave de la metamorfosis de la modernidad. El periodo cronológico se ha fijado, según la comisaria, "a partir de los años veinte porque es un momento en que se producen cambios y la mujer se emancipa; y finaliza en 1970 porque empieza la posmodernidad".

La primera sala ofrece autorretratos de mujeres artistas, la mayoría de los veinte y treinta. Se fotografían junto a la cámara o tras ella, reivindicando su oficio. Cunningham, Germaine Krull
[a la foto] o Bing son algunos ejemplos. A menudo ocultan su rostro bajo una máscara, un abanico o la propia melena -Arndt, Albin-Guillot y Bresleuer. Junto a ellas, la imagen de Duchamp travestido de Rrose Sélavy, y de Belle Heleine, fotografiado por Man Ray. A continuación viene la mirada masculina sobre la mujer: una aproximación varia que relaciona los ismos vanguardistas con la gran tradición. Obras de Léger -mujeres impersonales e inexpresivas-, Braque o Le Corbusier, y esculturas en madera policromada de formas curvilíneas de Laurens; o el lienzo Gran bañista con libro de Picasso, junto a la también curvilínea Escultura conyugal, de Arp y Sophie Tauber, son otros ejemplos.

Vuelta al primitivismo
Una serie de obras de los 30 y 40 recuperan a la mujer como arquetipo. "Se vuelve a cierto primitivismo, a la inocencia y al pensamiento y lenguaje pre-lógico con la idea de que por esa vía se puede llegar a un mundo mejor", comenta Fabre. Antropofagia (1929), de Tarsila do Amaral, alude con colores planos e intensos a esa práctica ancestral. Esculturas de Giacometti -el bronce Mujer que camina-, Chica, pieza primitivista de Moore, Madre e hijo, de Hepworth, Mujer preñada, de Bourgeois o La mujer ha perdido su sombra, de Martins, ilustran este primitivismo, junto a pinturas de Miró, Lam y Masson.

La mujer-musa como representación del deseo de crear ocupa un extenso capítulo protagonizado por el desnudo femenino, con dibujos, pinturas y esculturas de diversos autores, de Picasso a Masson. En las dos últimas salas se asiste a la búsqueda del imaginario femenino por parte de las propias mujeres, mediante esculturas de Bourgeois, una gran Niki de Saint Phalle, de quien se muestra la maqueta de la Hon, escultura penetrable. Se proyectan además vídeos de Yoko Ono,Valie Export o Charlotte Schneema.